Mi madrastra y mi hermanastra querían y besaron a un joven pendejo con un pene grande

La madrastra y la hermanastra invitaron hoy a una nueva prima a su habitación de la que aprendieron mucho, especialmente que al chico le gusta mucho masturbarse. Le sugirieron que no se pervertiera, sino que los besara, porque es mucho más interesante y un millón de veces más agradable. El chico sucumbió a la tentación y besó a ambas bellezas que actuaron como prostitutas insaciables en la cama con él.